Hallando oportunidades ante lo imprevisible

Respondiendo a la emergencia sanitaria provocada por el COVID-19

En  Nicaragua no se estableció cuarentena obligatoria ante la llegada del COVID-19 al territorio, las instituciones de gobierno y de atención públicas continuaron trabajando con normalidad. En general, la población, empresas privadas y organizaciones establecieron sus propias medidas de protección para evitar el contagio, sin detener sus actividades cotidianas.

WaterAid, como socio de ejecución, estableció su propio protocolo de intervención y  desarrollo de actividades a partir de las recomendaciones establecidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los lineamientos de la Federación WaterAid :

  • Distanciamiento social y Uso de mascarillas
  • Garantizar toma de temperatura de las personas que asisten a cualquier actividad
  • Proveer facilidades para lavado de manos, limpieza y desinfección (lavamanos portátiles, agua, jabón y alcohol)
  • Monitoreo constante a las comunidades
  • En las actividades dinámicas se realizaron ajustes para evitar el contacto entre los participantes.

Durante aproximadamente cinco meses tuvieron que suspenderse las actividades de capacitación y en campo, tiempo en la que el equipo estuvo diseñado la estrategia para retomar el trabajo con las comunidades asegurando las condiciones y seguridad para evitar los contagios.

Se trabajó arduamente para crear condiciones que garantizaran la seguridad de las comunidades de intervención y del equipo de WaterAid y paulatinamente se reanudaron las actividades, obras de infraestructura, intervenciones de SABC y promoción de saneamiento, trabajos comunitarios, reuniones y asambleas; cumpliendo con los protocolos establecidos para garantizar el avance del plan de trabajo anual de forma segura.

A pesar del COVID-19 se logró:

  • Finalizar la construcción de proyectos de agua potable que abastecieron de agua a las comunidades de San Pablo, Leymus, Bocana de Greytown, Siska, Sukwas, Kubaly Central, Buenos Aíres, San Miguel Dudú, San Juan Yaro
  • Construcción de facilidades ASH en puestos de salud y escuelas
  • Construcción de Sistemas de Captación de Agua Lluvia y unidades de saneamiento.

Huracanes ETA e Iota

Otro acontecimiento que representó un reto para el Proyecto Nicaragua Rural durante el 2020, fue el impacto de los huracanes Eta e Iota. 

Eventos eventos tuvieron repercusiones catastróficas en la comunidad de Wawa Bar al ser destruida en su totalidad. Es importante resaltar que, para noviembre de 2020, se había alcanzado una cobertura del 91% de la comunidad con acceso a agua y 53% a saneamiento. 

Solo 10 de los 314 Sistemas de Captación de Agua Lluvia (SCALL) construidos quedaron en buen estado y el total de las unidades de saneamiento construidas fueron reducidas a escombros, por lo que esta comunidad quedó expuesta a la defecación al aire libre. 

Dentro del marco de la atención a emergencias y como un componente transversal a la misma, UNICEF  y WaterAid inician un trabajo conjunto en las comunidades de Wawa Bar, Karatá, Krukira y Tuara. 

Algunas de las acciones de mitigación fueron: 

  • Entrega de filtros de agua
  • Limpieza de pozos
  • Rehabilitaciones de los sistemas ASH en puestos de salud y escuelas
  • Entrega de kits de herramientas a proveedores de servicios para rehabilitar infraestructura y construcción de unidades de saneamiento.

Además de los impactos en la infraestructura, los huracanes repercutieron en el desarrollo de las actividades debido a que, el mismo equipo de WaterAid Nicaragua tuvo que ser evacuado. Muchas de las actividades planificadas fueron suspendidas, ya que los diferentes actores (alcaldías, comunitarios, socios de implementación, IMFs y Gobierno Regional) se encontraban priorizando actividades de evacuación, reconstrucción y respuesta a la emergencia.

Es pertinente destacar:

Dentro de la estrategia de vinculación entre el acceso a infraestructura ASH y el fomento de la economía local para ASH y considerando el contexto post-huracanes, el costo de inversión de las unidades de saneamiento en Wawa Bar y Karatá fue subsidiado en un 100% y la obra en los inodoros de arrastre hidráulico en un 90%.

Es así como el Proyecto Nicaragua Rural hizo frente a los diversos desafíos durante su implementación, poniendo a las comunidades en el centro de las intervenciones para garantizar la sostenibilidad incluso ante escenarios adversos.

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